El Vaticano ya afina los últimos detalles para la histórica cita que definirá el futuro de la Iglesia Católica: la elección del sucesor del Papa Francisco. Este lunes 28 de abril, el portavoz de la Santa Sede, Matteo Bruni, confirmó que el cardenal Pietro Parolin, actual secretario de Estado del Vaticano, será quien presida el Cónclave que comenzará el próximo 7 de mayo de 2025.
Se despeja así una de las incógnitas más esperadas sobre la organización interna del proceso de elección papal. La normativa establece que la presidencia del Cónclave corresponde al decano del Colegio Cardenalicio, pero en esta ocasión, el cardenal Giovanni Battista Re (91 años) y el vicedecano Leonardo Sandri (81 años) no podrán ejercer esa función por superar la edad límite de 80 años que les excluye como electores. Ante esto, la responsabilidad recae en el siguiente cardenal obispo elector más antiguo, cargo que ocupa Pietro Parolin.
Un rol de peso, pero con limitaciones
La elección de Parolin como presidente del Cónclave no es un asunto menor. Como secretario de Estado, ha sido una de las figuras más influyentes del pontificado de Francisco, liderando la diplomacia vaticana y participando en las decisiones estratégicas más importantes de los últimos años. No obstante, su papel como presidente del Cónclave podría, paradójicamente, alejarlo de la posibilidad de ser considerado papable, ya que la presidencia del proceso requiere neutralidad y concentración en la gestión del acto electoral.
Tagle entre los secretarios: ¿escuchará su propio nombre en la elección?
Junto a Parolin, también se definió quiénes serán los tres secretarios encargados de colaborar en el desarrollo del Cónclave, elegidos por sorteo, como estipulan las normas vaticanas. Entre ellos destaca el cardenal filipino Luis Antonio Tagle, considerado por muchos analistas como uno de los «papables» con mayores posibilidades de suceder a Francisco. Lo acompañan el cardenal alemán Reinhard Marx, actual coordinador del Consejo de Asuntos Económicos, y el italiano Dominique Mamberti.
Una curiosa posibilidad se abre con esta designación: Tagle, en su papel de secretario, podría ser el encargado de leer en voz alta las papeletas durante las votaciones y, llegado el caso, escuchar su propio nombre repetido varias veces como uno de los candidatos con mayor respaldo. De igual manera, no se descarta que Parolin, como presidente, pueda tener la responsabilidad de validar su propia elección si su nombre llegara a figurar como el más votado, aunque esto es algo que históricamente no ha sucedido.
Últimos preparativos para el Cónclave: 134 cardenales electores
El Cónclave contará con la participación de 134 cardenales electores, todos ellos menores de 80 años al momento de la sede vacante, conforme a la normativa establecida por el Papa Pablo VI y confirmada por sus sucesores. Aunque actualmente el Colegio Cardenalicio suma 190 miembros, solo esta fracción tiene derecho a voto.
Durante la última congregación general previa al Cónclave, cerca de un centenar de cardenales estuvieron presentes en Roma. Aún se espera la llegada de algunos purpurados procedentes de diversas partes del mundo, quienes se unirán a la asamblea en los próximos días.
En estas reuniones preparatorias, conocidas como Congregaciones Generales, los cardenales han discutido temas fundamentales sobre el presente y el futuro de la Iglesia, entre ellos:
- La relación de la Iglesia con el mundo contemporáneo
- El diálogo interreligioso y las relaciones ecuménicas
- La cuestión de los abusos y la protección de menores
- La necesidad de fortalecer la evangelización y la misión ad gentes
- Las cualidades humanas y espirituales que debe tener el próximo Papa para afrontar estos desafíos
Aunque no se han revelado los nombres de los posibles candidatos mencionados durante las intervenciones, es evidente que los perfiles buscados responden a la necesidad de un líder capaz de continuar con el legado reformador de Francisco, pero también de ofrecer respuestas nuevas frente a los problemas globales que aquejan a la Iglesia y al mundo.
Entre la tradición y las sorpresas del Espíritu Santo
Como es costumbre, el proceso del Cónclave se desarrollará bajo el más estricto secreto, con los cardenales electores completamente aislados en la Capilla Sixtina y sin ningún tipo de comunicación con el exterior. Las votaciones se realizarán hasta cuatro veces al día —dos en la mañana y dos en la tarde— hasta alcanzar los dos tercios necesarios para la elección del nuevo pontífice.
Históricamente, los últimos tres papas han sido elegidos en procesos relativamente breves, todos dentro de las primeras 72 horas del inicio del Cónclave. Juan Pablo II fue electo en 1978 tras ocho rondas de votación; Benedicto XVI, en 2005, luego de cuatro rondas; y Francisco, en 2013, tras cinco votaciones. Este antecedente hace pensar que el próximo Papa podría ser elegido también en los primeros días, aunque en el Vaticano siempre se insiste en que «los tiempos del Espíritu no son los tiempos del hombre».
Mientras el mundo observa con expectativa, la Iglesia se prepara para escribir una nueva página en su historia milenaria. La oración por la unidad, el discernimiento y la docilidad al Espíritu Santo son, una vez más, las claves de este acontecimiento que marcará el rumbo de los católicos en el siglo XXI.
Tomado de TotusNoticias.com