El próximo miércoles 7 de mayo, 133 cardenales electores se reunirán en la Capilla Sixtina para iniciar el cónclave que elegirá al nuevo Papa, tras el fallecimiento de Francisco. Este proceso, envuelto en siglos de tradición y secreto, impone estrictas normas sobre lo que los cardenales pueden llevar consigo durante el encierro.
Los cardenales pueden portar objetos personales indispensables y de carácter religioso. Entre ellos se incluyen:
- Textos devocionales: como el breviario y el rosario.
- Artículos personales: gafas, bastones, audífonos y medicamentos necesarios.
Estos elementos les acompañarán durante el periodo de aislamiento, facilitando su concentración y oración.
Para garantizar la confidencialidad del proceso, se prohíbe a los cardenales llevar:
- Dispositivos electrónicos: teléfonos móviles, tabletas, computadoras y relojes inteligentes.
- Material de lectura no religioso: periódicos, revistas o libros que no sean de carácter devocional.
- Medios de comunicación: radios, televisores o cualquier dispositivo que permita contacto con el exterior.
Antes de ingresar a la Capilla Sixtina, el personal del Vaticano realiza controles para asegurar el cumplimiento de estas restricciones.
El Vaticano implementa rigurosas medidas para preservar el secreto del cónclave:
- Revisión de la Capilla Sixtina: técnicos especializados inspeccionan el espacio para detectar y eliminar posibles dispositivos de escucha o grabación.
- Blindaje tecnológico: se instalan bloqueadores de señales (jammers) y escudos anti-drones para impedir cualquier intento de espionaje.
- Oscurecimiento de ventanas: se colocan láminas protectoras en los ventanales para evitar la visibilidad desde el exterior.
Estas acciones buscan crear un entorno de total aislamiento, permitiendo a los cardenales deliberar sin influencias externas.
Durante el cónclave, los cardenales se alojan en la Casa Santa Marta, dentro del Vaticano. Allí, se les proporciona lo necesario para su estancia, manteniendo el aislamiento y la discreción requeridos.
El proceso de elección puede extenderse varios días, con votaciones diarias hasta alcanzar el consenso necesario para nombrar al nuevo Pontífice.
El cónclave es un evento de profunda significación espiritual y organizativa, donde cada detalle está cuidadosamente regulado para preservar la solemnidad y el secreto que lo caracterizan.
Tomado de TotusNoticias.com