La Iglesia Católica vivió este miércoles un hecho considerado histórico: el regreso del rito romano tradicional, conocido popularmente como misa tridentina o misa en latín, tras la decisión del Papa León XIV de autorizar nuevamente su celebración pública. El anuncio ha sido interpretado como un giro significativo en la vida litúrgica de la Iglesia, después de las restricciones impuestas por el Papa Francisco en 2021 con el motu proprio Traditionis Custodes.
La misa se celebró en el Altar de la Cátedra de la Basílica de San Pedro, en el marco de la peregrinación Ad Petri Sedem organizada por la asociación Popolo Summorum Pontificum. La ceremonia estuvo presidida por el cardenal Raymond Leo Burke, uno de los principales defensores del rito en latín, y contó con la participación de fieles de distintas partes del mundo.
El rito romano tradicional había quedado prácticamente suspendido desde hace tres años, cuando se establecieron condiciones estrictas para su celebración, limitándolo únicamente a casos con permisos especiales de la Santa Sede. Esta decisión había generado divisiones dentro de la Iglesia: mientras sectores progresistas respaldaban las restricciones por considerar que la misa en latín debilitaba las reformas del Concilio Vaticano II, los grupos más tradicionales reclamaban su valor histórico, espiritual y cultural.
Con la autorización de León XIV, el rito tridentino regresa al centro del catolicismo. Aunque aún no se han divulgado nuevas normas que reemplacen de manera formal las disposiciones de Traditionis Custodes, fuentes vaticanas señalan que esta reapertura constituye uno de los primeros cambios de peso en el joven pontificado del nuevo Papa.
El acontecimiento ha despertado reacciones encontradas. Para algunos católicos, representa la recuperación de una tradición milenaria que preserva la solemnidad y el sentido sagrado de la liturgia. Para otros, puede abrir una nueva etapa de tensiones al interior de la Iglesia, en un momento en el que se busca fortalecer la unidad y la sinodalidad.
Más allá de las posturas, lo cierto es que el 17 de septiembre de 2025 quedará registrado como una fecha clave para la historia reciente de la Iglesia Católica. La misa “prohibida” vuelve a Roma, y con ella, un debate que podría marcar el rumbo del pontificado de León XIV y la relación entre tradición y modernidad en el corazón del catolicismo.
Tomado de TotusNoticias.com