La violencia volvió a sacudir a Colombia el pasado 21 de agosto con atentados terroristas en Amalfi, Antioquia, y en la ciudad de Cali. Los ataques dejaron al menos 18 personas muertas, entre ellas miembros de la Fuerza Pública y civiles, además de 76 heridos, lo que ha generado una fuerte alarma en el país por el recrudecimiento de la violencia atribuida a grupos armados ilegales.
Ante estos hechos, la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) emitió un comunicado en el que condenó con vehemencia los atentados y expresó solidaridad con las familias de las víctimas. “La violencia sigue tocando a las puertas de los hogares colombianos sembrando dolor y desesperanza”, señalaron los obispos, quienes insistieron en la necesidad de abandonar “el sendero de la muerte” y transitar hacia el respeto a la vida y la dignidad humana.
La CEC también pidió a las autoridades intensificar la seguridad y garantizar el cuidado integral de la población civil. Asimismo, acompañó a la Arquidiócesis de Cali y a la Diócesis de Santa Rosa de Osos en su dolor, recordando las palabras del arzobispo de Cali, monseñor Luis Fernando Rodríguez Velásquez, quien manifestó: “Nos duele la pérdida de vidas humanas… nos duele el sentimiento de incertidumbre y miedo… nos duele la descomposición social y ética”.
En su comunicado, monseñor Rodríguez Velásquez subrayó que este es el cuarto atentado terrorista en Cali en lo que va del año, lo que ha incrementado el temor ciudadano y la sensación de vulnerabilidad en la región. También reclamó que “la impunidad no puede volverse un paisaje” y exigió justicia para que los responsables de los ataques sean procesados con celeridad.
Tanto la Conferencia Episcopal como el arzobispo de Cali se sumaron al llamado del Papa León XIV, quien convocó para este 22 de agosto a una jornada mundial de ayuno y oración “para suplicar al Señor paz y justicia, y la capacidad de enjugar las lágrimas de los que sufren”. En sintonía, en la Catedral Metropolitana de Cali se celebró una Eucaristía por la paz y se pidió a todas las parroquias unirse en oración.
Finalmente, los obispos confiaron a la intercesión de la Virgen María, Reina de la Paz, “el difícil momento que atravesamos como nación” y exhortaron a buscar caminos de perdón, reconciliación y justicia social que permitan reavivar la esperanza en medio de la crisis.
Tomado de TotusNoticias.com